Un diseño simple y funcional no es nostalgia, sino una elección consciente. En un mundo digital saturado de efectos innecesarios y sitios pesados, priorizo la eficiencia, la accesibilidad y el contenido. Volver a lo básico no solo es práctico, sino también una forma de resistencia ante la obsesión por lo último en tendencias.

Mi página parece del 2006, y tiene mucho sentido. No se trata de seguir una moda ni de hacer algo "vintage" por el simple hecho de serlo. En realidad, esa estética simple y directa tiene su propósito.

Antes, los sitios tenían mucha más información. No había imágenes gigantes para ocupar espacios vacíos por no tener nada que decir. Tenías toda la información que necesitabas, y lo mejor de todo es que podías acceder a ella sin la necesidad de cumplir con grandes requerimientos. Hoy los sitios se llenan de cargas masivas de recursos externos y servicios espía, pero no aportan lo esencial. Los sitios de aquellos tiempos eran simples, accesibles, y la información estaba al alcance sin tener que esperar interminables tiempos de carga o consumir recursos innecesarios. Todo esto, recordemos, con una conexión mínima.

Aparte, respetar el HTML tiene una razón de ser. Ya es accesible por sí mismo. Hoy en pos de la "estética", nadie se acuerda de las personas con capacidades diferentes o simplemente bolsillos diferentes. Los nuevos diseños que vienen de la mente de los "diseñadores" son una porquería, sin corazón. Réplicas, todo igual, pensado para vender buzones y espejitos de colores, sin tener en cuenta lo que realmente importa: el acceso a la información.

Cuando yo empecé a programar, lo hacía pensando en gastar lo menos posible, en ser eficiente. Ahora todo parece haberse dado la vuelta. Cuantas más dependencias puedas meter, pareciera ser mejor, con el node_modules de 800GB de peso como estandarte.

Volver a lo básico no es solo para destacar, sino también para hacer lo socialmente correcto. Mientras muchos están obsesionados con lo último en tendencias, yo me siento cómodo con un diseño más sencillo, donde el contenido tiene el protagonismo, porque tengo algo que decir. No importa si no está en la "onda" de lo más moderno; lo que importa es que cumple su función de manera efectiva.

Hoy más que nunca, en un mundo digital saturado, encontrar ese equilibrio entre lo útil y lo visualmente atractivo es clave. Y, a veces, un sitio viejo es precisamente lo que necesita un usuario para navegar sin complicaciones. Porque, al final, ¿para qué más si todo lo que buscamos es que funcione bien?

Los navegadores cada vez son más monstruosos, las cargas infinitas de dependencias y servicios externos. E-commerces que tardan más de 5 segundos en cargar para mostrar prácticamente nada. No todos tenemos una computadora con 64 gigas de RAM.

Me acuerdo una vez, hablando con un chico de Sudán. En ese momento yo estaba colaborando en la creación de un editor de código para Android, y comenté en el chat que yo estaba armando un proyecto para poder hacer todo desde una tablet (Y una tablet no muy buena). Por aquel entonces, las tablets estaban baratas, y según Bill Gates eran el futuro, ¡ja! Pero lo importante es que el nene me dijo que no tenía computadora, que solo podía acceder a una tablet low-end, y que no podía usar todas las herramientas que le pedían para programar. Y lo orienté. Y pensé, ¿por qué la tecnología se vuelve tan elitista? Yo, cuando empecé, solo necesitaba el viejo "bloc de notas" de Windows y un simple navegador... No necesitamos tanta potencia para mostrar boludeces. Hay que parar un poco esta locura.

Y sí, además, me gusta la estética dosmilera. Me recuerda una época en la que la simplicidad y la eficiencia eran lo principal.


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